Sunday, March 23, 2008

Sobre El Aleph borgeano


Encuentro en El Aleph de Borges uno de los cuentos más fascinantes y mismo más tristes. Fascinantes porque juegan con el deseo de la unidad del hombre con el resto del universo, con el infinito que al final no puede comprender y que al tratar de hacerlo, sólo le provoca el vértigo, las ganas de vomitar. Pero aquí, por medio del Aleph todo parece tan claro, es como tener por unos momentos los ojos de Dios. De ahí la imposibilidad de poner lo visto en un lenguaje, la parodia que hace Borges del poema de Carlos Argentino, reemplazar el mundo por medio del lenguaje, pero ese lenguaje es insuficiente, resulta ridículo. En oposición a esa deseada unidad, el cuento nos presenta la soledad del personaje, su imposibilidad de alcanzar la plenitud por medio a del mito platónico de la mitad perdida. La muerte de Beatriz le ha cerrado esa posibilidad, lo ha dejado “chulla” para siempre. Así en el cuento encontraremos frases tan patéticas como dolorosas: “muerta yo podría consagrarme a su memoria, sin esperanza, pero también sin humillación” y de repente también escrito el deseo de todos, o de todos aquellos que alguna vez han perdido un ser querido, aun arrebatado(a) por el tiempo, la distancia, también por la muerte. Así, Carlos Argentino soborna a Borges, el personaje, con la posibilidad de restituir ese rostro querido, tal vez alguna la mueca en la tarde soleada que a él recuerda y que sólo a él le perteneció: “ Muy en breve podrás establecer un diálogo con todas las imágenes de Beatriz”.
De repente, El Aleph muestra el peligro, conocer también aquello que nos pueda destruir, bajarnos a pedradas de nuestros parnasos, de nuestros paraísos donde nos acurrucamos para poder dormir en la s noches, también el lado oscuro de la imagen idealizada, la traición, la ficción de la unidad, aunque el deseo persista. ¿Que le queda al personaje Borges después de esto?, sino tal vez el suicidio, la muerte. Por suerte el Borges escritor se encargó de salvarlo y le construyó otras ficciones. Ambos se necesitaban.

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